martes, 10 de octubre de 2017

Barcelona



Estoy dada estos días a la rumba catalana, soy devota de todo buen rumbero, aprovechando el barrigazo y que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Nada más catalán como es lógico para una extremeña que Barcelona, nada más barcelonés que la rumba y nada tan rumbero como Gato Pérez, de la Argentina, como Messi, que llegó y se hizo el amo y los demás a pillar, y a vender, señores Gypsy King, de la Francia.

Siempre me llamó la atención en esta gran
 pieza del video al que les mando la banda que lleva el Gato, cuatro ídem, compás rematao al milímetro, gran base, por cierto, 
hasta el punto que mete de solista una insólita bandurria. Y cómo cae.

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