lunes, 24 de julio de 2017

Burladero



Si como dicen las redes este burladero de la fotografía pertenece al festejo en el que se lidió en Ceret la novillada del Raso de Portillo, aparentemente en puntas, he aquí la prueba gráfica del delito, si acaso todavía se considera la manipulación de las astas de los toros un delito, perpetrado con nocturnidad y alevosía.
Prueba que presento al tribunal de los demás aficionados en defensa de mi teoría, que mantendré hasta donde se precise, y en contra de otras opiniones con las que no comulgo, tan respetables o más que la mía.

Uf, me cuentan del tontódromo pirenaico de este año en Ceret, y sus forasteros del Foro, y no paran.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Normalmente, si están afeitados , han llevado fundas o están arreglados no rematan y si rematan, se les quedan los pitones como brochas.Otra cosa es que les quiten las fundas un tiempo prudencial para que el toro vuelva a cojer las distancias y se le oreen las puntas.

La condesa de Estraza dijo...

La pregunta es, y de ahí no salgo, ¿un toro en puntas tras derrotar en tablas sale con los pitones como una brocha? ¿Y una corrida entera?
Lo de los corrales ya no se lo creen ni ellos, querido Bragaomeano.

La condesa de Estraza

Fideísta dijo...

Apreciadísima Señora, permítame en su casa empeñar mi honor, que si bien es lance atrevido, jamás salí malparado en la postura y continúa intacto y ahora a sus pies. Usted sabe que poca cosa es la vida sin honor, y yo también; por eso le digo, Señora, que esos novillos estaban en puntas y los de Vic también.
No me crea admirada Señora, por haberlos visto casi nacer, crecer, criarse y despedirme de ellos unos días antes de partir a Francia. Créame por haber empeñado mi honor en el brete.
Me despido con una grosería, que lo cortés no quita lo valiente: escribe usted de puta madre.
Entregado.
Q.B.S.P.

La condesa de Estraza dijo...

Fedeísta: gracias, no se sienta grosero por el remate de su comentario al despedirse, porque yo, la destinataria, no lo considero una grosería, sino más bien un halago con su miaja de bendita chispa.
Pero un halago inmerecido de todas, todas. Pues ahora, al volver a leer la entrada, no se entiende nada de lo que yo quería decir, fin último de la escritura, que justamente es lo contrario de lo que parece que cualquier lector debe entender.
Verá, efectivamente el burladero hecho astillas pertenece, recuerdo, al tute que le pegó la novillada de la que hablamos a la madera, tras derrotar incansable, y ahí tuvo usted posteriormente a los novillos durante la lidia, intactos, sin astillarse ninguno. Fueron días ceretanos en los que se trilló en las redes el escandaloso estado de los pitones de la corrida de Miura, lidiada en la misma plaza, escobillados hasta la cepa, achacándole la afición semejante estado a que el encierro procedente de Zahariche se había reventado por delante tras cebarse a derrotes con los burladeros e incluso con la piedra de las paredes de los chiqueros, ¿?
Fue por comparación, yo intenté con la foto comunicar lo mismo que usted nos cuenta, aunque sin poner la mano en el fuego por nadie, como acostumbro. Es decir, si la corrida de Miura mostró semejante desastre en los cuernos, achacándose a los porrazos que los animales se pegaron contra las tablas, ¿cómo es posible que la novillada tras dejar el burladero hecho trizas no se escobillara ninguno?
Pido disculpas encarecidamente al ganadero criador de los mismos por expresarme tan rematadamente mal, y a usted, señor, con mi agradecimiento por el tono de su comentario, le deseo unas buenas noches.

La condesa de Estraza