sábado, 4 de octubre de 2014

Conclusiones venteñas otoñales (I)



 La plaza de toros Monumental de Madrid ha tocado fondo y la culpa la tiene la afición. 
Las Ventas, entre tendidos, lo del ruedo es consecuencia de tal, es hoy un territorio empobrecido hasta límites penosos que en nada recuerda al territorio levantisco que fue hasta hace poco, ni parecerse siquiera, bastión estas arenas de la calle de Alcalá, como se sabe, de la salvaguarda del Toreo. 
Un graderío el madrileño convertido hoy en una corrala de marujos, un lugar que siempre gozó por tradición de intimidad macho, se ha convertido de la noche a la mañana en un lugar de provinciano espionaje -entre nosotros- hasta el punto que comienza a acudir el personal de incógnito diblando pasillos y renunciando a circular por su camino de siempre, yo ando tapada, no sea que te hagan una foto y salgas en las pantallas a todo trapo pillado uno en renuncio o en cornamenta oculta aplicada en testuz cualquiera, que haberlas, haylas.
Un espacio muy difícil para la afición sana y completamente a su bola de la de toda la vida, libre, sin tener la terrorífica sensación de que estás siendo observado y a tiro de clik, la plaza en estos momentos es un espacio triste, de traidores, pandilleros hoy, a degüello mañana, un ridículo foro de lidercillos de la nada que no han visto el torero mundo por un agujero. Niñatos ególatras mirándose el ombligo, pintureretes mozos venteños sentando cátedra y el confusionismo por bandera, salvadores de luxe que se critican entre ellos hasta la marca del polo rosa con la vestimenta ajena como tema de debate y descalificación -foto va, foto viene- en una sobredosis de tuiteros enfermos que no levanta la vista del móvil, y el ruedo para ti, y ayer uno no vio la corrida consultando frenético el teléfono y hoy hace crónica. 
Un círculo vicioso muy hortera donde prima el cotilleo barato, un espacio inaguantable para la gente corriente plagado de chismosos armados de tecnología hasta los dientes que llegan a meter miedo, aquí hoy por hoy hay más escritores y fotógrafos que espectadores, aquí ahora hay que tener mucho cuidado con lo que haces, con quién hablas, cómo te comportar, qué bebes, cómo te relacionas con lo vecinos de localidad, si aplaudes o no, y alarmo: ahora sí que el abono madrileño está cautivo, pero cautivo de sí mismo.

Corrida infame de Nuñez del Cuvillo la lidiada ayer para tres pegapases en estado puro, con un toro que se le fue a Fandiño de definitiva consagración, lo del Fino lo encuentro yo como metrosexual, passso, y un Luque que carece de la mínima percha para ser figura del toreo. Qué pezuñas de toros, qué vergüenza, ¿han estado estabulados los toros del Grullo por un casual?
Tarde perdida, o ganada por los abolicionistas, pero tarde en la que ocurrieron dos cosas que a mi manera de ver son de decisiva importancia para intentar encauzar el destino de esta plaza si quizás no fuera demasiado tarde, dos novedades, dos lecciones que todos los interesados en el devenir de la historia venteña, estamos obligados a memorizar cara al futuro.
Lección número uno: de repente se levantaron los tendidos 8 y 9 como en una sublevación y arrastraron con ellos a toda la plaza, como siempre pasó, dejando a los talibanes 'flipaos', y el inepto presidente a obedecer al respetable se ha dicho y a cambiar al toro sin pensárselo dos veces o arde Troya, como siempre pasó también, dejando la enérgica reacción de los sabios abonados de sombra muchas inquietudes y algunas certezas, en las que ahondaremos cuando cuadre.
Lesson two: Ligado con lo anterior, lo de la mariconería de las palmas de tango a coro no vale para nada, nunca valieron, lo de los pañuelos verde, tampoco, aquí lo que se necesita es un motín. Así que ayer en el tendido 7 aparecieron los inofensivos pañuelos verdes tras un tiempo en deshuso, muy localizados asomaron, en grupo, exactamente igual que los autobuseros que vienen en verano los domingos acompañando a un paisano piden orejas, juntitos, excepto un pañolón enorme, solitario y perdido, en la barandilla de delantera de la andanada del 8 al que por el descomunal tamaño que se observó, bien pudiera asegurarse que se trataba de la funda verde de la almohada amarga... de la dura almohada de los desvelos.

3 comentarios:

el Chulo dijo...

Que tristeza condesa!
"Mis Ventas" de los anos 70 80, donde estan.
no me gusto fandino en Dax, es verdzad que tuvo que matar ejemplarios de la Quinta, (sin comentar). Pero los mas optimistas dicen que esta cansado, a mi siempre me parecio brusco.
Pero ha ganado el "derecho" a torear solo con "figuras" y con el ganado que corresponde, y es lo que impone a las organizaciones.
Se esta muriendo la corrida delante de nuestros ojos y eso desde hace unos anos.
Besos guapa.

Anónimo dijo...

Sabias conclusiones Condesa, has relatado lo que algunos venimos viendo desde hace tiempo.

Besos, Riofrío

La condesa de Estraza dijo...

Chulo: paso de ti, que está aquí reaparecido nuestro amigo Riofrío y ya andaba yo medio mosqueada por su ausencia.
Me acordé mucho anoche de ti, Río, y pensaba pegarte un toque por mail en cualquier momento, pues vi de madrugada por la televisión "El rostro impenetrable", que siempre me recuerda a ti.
Salgo para la plaza a la de Adolfi, suerte a la terna, al ganadero y a la afición.
Bs. para los dos, mis queridos amigos.

La condesa de Estraza